Os cuento lo que me pasó:

Conozco a un muchacho en un bar. Nos encontramos en ese mismo bar durante un par de semanas. Hablamos, tonteamos. Él me pide que quedemos para tomar una cerveza (o dos).

Quedamos.

Esa misma noche me quiero enrollar con él. Me enrollo, claro. A partir de ahí yo ya sé que él, todo lo más, querrá acostarse conmigo. Muy bien, lo acepto con tal de acostarme yo también con él. Quedamos a razón de una vez por semana durante un mes, y nos acostamos cada vez.

Todas las veces, muy bonito. Precioso.

Al cabo de un tiempo le veo en un bar con otra. Él no sabe que yo estoy, les observo desde lejos. Hablan y hablan sin parar, ella no para de sonreír. Es rubia, más morena de piel, más alta, más guapa que yo y con mejor cuerpo que yo. Me voy de allí sin que él se haya percatado de mi presencia.

No sé nada de él durante un mes. Obviamente se enrolló con la rubia buenorra. Era lógico.

Al cabo de ese tiempo no puedo más y le mando un mensaje al móvil invitándole a tomar algo por mi reciente cumpleaños. Él acepta. Nos encontramos en mi casa. Tomamos algo. Hablamos de cosas intrascendentes. Le digo que vayamos a mi cuarto a ver una peli. Ponemos la peli.

Le pido que se desnude para ver la peli, le digo que es para contemplar su cuerpo solamente mientras vemos la peli, y que no vamos a hacer nada. Se desnuda. Nada más hacerlo, nos acomodamos para ver la peli. Empiezo a acariciarle las piernas mientras le beso el cuello. Luego le acaricio los huevos, y el pene muy por encima. Mientras, vemos la peli. En el intermedio le doy una chupadita en el pene primero, un beso en la boca después.

Él hace que me suba encima suyo y me abraza, apretando mi pecho ya desnudo contra el suyo. Sólo estoy desnuda de cintura para arriba, él de cuerpo entero. Me pongo de nuevo a su lado y cojo su pene. Lamo todo su pene. Me pide que me quite los pantalones. Me los quito y él me baja las bragas. Me pongo encima de él, una pierna a cada lado, pero mirando a su pene pues no he terminado. Le sigo chupando mientras él me da palmadas , en el culo. No paro de chupar, no puedo parar, me encanta, estoy excitadísima. Le lamo los huevos mientras muevo el pene con mi mano. No sigo porque quiero... busco un preservativo, suerte que estaban a mano, se lo pongo y subo encima, introduciendo su pene en mi vagina, aún dando la espalda a su cara. ¡Qué ilusión tener su pene dentro, después de todo un mes! Subo y bajo un ratito, sintiéndole dentro. Ahora me doy la vuelta, quiero verle la cara, momento en que él se abalanza sobre mí, me tumba en la cama boca arriba y me folla con todo su vigor, haciéndome correr en un pis pas, y él conmigo. Muy bonito. Acto seguido le doy un beso en la frente, me levanto y le digo que me alegraba de verle y que si no le importaba nos despidiéramos ya, pues yo tenía que madrugar al día siguiente. No es que no quisiera dormir con él, es que yo daba por hecho que no podía esperar nada de él y prefería despedirme yo para así sentirme más fuerte.

Ha pasado un mes y me ha llamado. Mañana le veo. No esperaba ya su llamada ya que dejó de llamarme. Me pregunto si será la mamada que le hice lo que le ha hecho recordarme. No espero más que un polvo. Él me gusta mucho y no me importa verle solo para eso, ya voy a cenar o al cine con mis amigas y amigos, con él solo quiero hacer el amor, lo demás no importa. Y si después de mañana ya no me llama más, no importa, los momentos que ya he vivido con él me bastan.

Luego, con el tiempo, de vez en cuando, aparecerá alguien que de nuevo me hará volar, seguiré subiendo al cielo para luego bajar. Y más tarde, cuando menos me lo espere, aparecerá mi ángel de amor de verdad, y se quedará dentro de mí para siempre, y dormirá conmigo cada noche, y nunca me abandonará. Ya tuve mi ángel de amor de verdad en una ocasión, y estoy segura que algún día, en el cuerpo de otro hombre, volverá.