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Un regalo

Hoy me siento generosa, muy generosa, y es por ello que quiero hacer un regalo (uno por persona, eh! abusones...), a todos aquellos que:

- Escupen en medio de la acera, en el arcén del metro, y en cualquier otro lugar público por el que en breves segundos voy a a pasar yo.

- Desconocen el término "auriculares" y me amenizan la velada en el tren a ritmo de "Baila Morena".

- Añaden una S a la segunda persona del singular del pretérito indefinido (dijisteS, hicisteS).

- Hacen caso omiso de una cosita que se llama "intermitentes" y que, oye, pues son básicos para conducir y no morir en el intento. Gracias a todos.

- Los que son incapaces de ceder el asiento a un anciano o anciana de 90 años y cuando el/la susodicho/a hace aparición, comienzan a leer el periódico o a dormirse.

- A todos los de Orange, Vodafone, etc. cuyo numerito favorito es el de mi casa... y a sus 12 o 13 llamadas semanales.

- Se empeñan en darme consejos vitales del tipo "pues claro que vas a tener hijos", "estás deseando tener novio", "para cualquier tío sólo eres un trozo de carne", "los hombres se aprovechan de chicas como tú", y demás sandeces.

- A aquél que decidió que en las bolsas de "panes" de perrito vinieran 6, y a su mortal enemigo, que decidió que en los paquetes de salchichas se incluyeran sólo 5.

- Comentan en un blog sin leer el texto, y sobre todo a los que dicen "Siempre te leo pero nunca me dio por escribirte, hasta ahora" :D

- Van de libertarios sexuales por la vida, contando todas sus múltiples e intensas aventuras, haciendo gala de una supuesta mente ultra - abierta.

- A los que hablan con la boca llena, hacen ruido y sorben cabezas de gambas.

Pues eso, que os regalo algo que me pone muy triste, que va con vosotros, y que amarga a cualquiera: UN PLATO DE ACELGAS

Míralas :(



Y sí, me voy a pasar el resto de mi vida cocinando acelgas, a este paso...

Mientras tanto, aún tengo mucho trabajo, y varios enemigos mortales, pero poco a poco...


EL CIBERNOVIO



Te gusta alguien. Te gusta mucho. Te produce todos los síntomas propios del enamoramiento. Sólo hay un pequeño detalle: no conoces a ese "alguien" o, al menos, no en persona.

Te lo preguntas los días que te levantas pensando en esa persona con risa de subnormal, y antes del café número uno te cuestionas "¿cómo me puede gustar tanto alguien que no conozco?"

Creo que a todos nos ha pasado. Hemos conocido a gente interesante por internet, que nos ha despertado ese "algo" que hacía tiempo que nadie en nuestra vida "real" nos despertaba.

Estas historias son similares, ya casi típicas, cíclicas. Normalmente conoces a ese alguien por un foro, un fotolog, un blog, MSN, redes (anti) sociales... Primero, sólo es un nick. Cotilleas perfiles, escritos, opiniones. ¿Tendrá foto?

Si esa persona no lo estaba ya, pasa a algún medio con el que puedes charlar todos los días, como MSN. Dichas conversaciones van in crescendo, al igual que los nervios y la ilusión cuando ves a esa persona "iniciar sesión". Se acaba convirtiendo en el principal receptor de tu día a día, de lo que te pasa, de lo que sientes, de lo que odias y de lo que quieres.

Parece que nadie te ha entendido como él/ella hasta ahora. Lees cosas en la pantalla que no oyes a tu alrededor. Y sonríes. Al final acabas descubriendo que estar fente al PC te otorga más ilusión que otras muchas cosas que hacías antes.

Esa persona siempre está ahí.

Avanzada la relación, en algunos casos, se pasa a los sms de texto por teléfono, y a las llamadas, que serán el inicio (y el fin a veces), de una conversación REAL.

Creo que si hay algo común en estas ciberrelaciones es que, como la tecnología, avanzan a la velocidad del rayo. Probablemente, después de un mensaje, vendrán otros muchos. Después de una llamada, ya las ventanas de chat darán paso a muchas llamadas más.

Y más o menos en este punto es cuando aparece la "delgada línea roja". Traspasarla o no, depende de cada uno.

Yo he pasado por situaciones así. Aunque me considero una persona sencilla, honesta y directa, no soy simple, ni común. Tengo facilidad para relacionarme con los demás, pero no para crear verdaderos lazos de afectividad con nadie, y tampoco para encontrar, descubrir y enlazarme con gente afín a mí, a mi modo de ser, de ver la vida, el presente, el futuro.

Traspasar esa línea roja cuyo origen remoto es el ciberespacio, me ha dado muchas más alegrías y sorpresas que disgustos. He conocido amigos verdaderos, lejanos y cercanos. He ampliado mi círculo de conocidos cuando salgo por Madrid. He conocido amantes de media noche, de un día y de dos. A tías estupendas a las que admiro.

Y bueno, A ÉL (a ti).

Es probable que esas personas también estén a mi alrededor. Pero yo no las conozco. No puedo manejar el espacio, el tiempo, las casualidades. Intento aprovechar escenarios como los bares, como el trabajo... pero no ha surgido así, o muy pocas veces. Quizá por internet nos expresemos de manera más pura, más sin tapujos, más sin miedos. Y si en este escenario, de vez en cuando, algo dentro me dice que esa persona es para "mi vida", no creo que deba desaprovechar la oportunidad.

Fran, Silvia, Pablo, Randy, Tere, Rober, Kike, Madi, etc.; tanta gente especial, tantos amigos que han pasado al plano real.

Sé que cuando dices que conociste a determinada persona por internet, casi todo el mundo te toma por friki. Te advierte, se asusta, se sorprende, se ríe. Te dice que un día te vas a topar con un psicópata o con un violador.

Concluyo diciendo que probablemente las ciberrelaciones tengan las mismas complicaciones que las de "carne y hueso". Puedes protegerte físicamente detrás de la pantalla, pero no existe un protector de pantalla para los sentimientos.

Por desgracia hay dos problemas clave: 1) las personas que no se muestran como son (cosa que a los dos días es más que evidente, por suerte), 2) la idelización que nos creamos de la persona a raíz de los ratos que charlamos con ella. Desgraciadamente, nosotros no somos eso. Lo que escribimos, aquí en los blogs o donde sea, es una parte agradable/interesante de nosotros. Puede ser la puerta a algo más, pero no siempre esa puerta se abre.

Sé que algunos lo dudan, pero ésta soy yo, aquí y en la vida real. Más o menos. He conocido en persona a dos comentaristas de este blog. Y no creo haberles decepcionado. Tampoco al resto.

Aunque por supuesto echo de menos cuando la gente se conocía cara a cara, y se intercambiaba teléfonos en vez de preguntarse si tienen Facebook.



Por eso, ahora me gustaría hacerme un buen vaso de café con leche caliente, asomarme a un balcón, lanzarte señales de humor y decir: ey, me ves? soy yo, la del pijama celeste.

Los tiempos cambian.

CONVERSACIÓN ENTRE SEÑORITAS INTELIGENTES

Una amiga (X) y yo (Y), hablando de nuestras minucias. Conversación cibernética interesante que refiero y transcribo aquí porque me encanta, dentro de mi misogínea acusada, encontrarme con otras mujeres de mente masculina con las que poder hablar de todo en todo momento, sin tapujos y sin gilipolleces. Y porque me parto la caja, vamos.

X: Hola mi putita preferida

Y: Hola putón verbenero

(...)

Y: pero con ese te liaste o no

X: no, sólo fue una chupadita rápida en el baño

Y: jajajajajajajaja... sólo una chupadita dice, qué bien te lo montas

X: tú tampoco te quejes, que en tus tiempos de golfa sin escrúpulos ibas haciendo guarradas por los rellanos impunemente

Y: claro hombre, como tú dirías, una chupadita a tiempo nunca viene mal, el morbo es el morbo

X: sí hija sí... pues eso, pero me pasa que ahora me ha llamado para quedar, ¿por qué te llaman los que no quieres nada con ellos? coño! que te la he mamado, no quiero ir al cine!

Y: bah tú pasa, perderá encanto, si no te mola, adiós... porque como sea como los que me encuentro yo, que no pueden creer que quieras un polvo sin una boda posterior...

X: es que esa actitud es precisamente la que atrae, no sé si por masoquimo, por reto reto...

Y: pues sabes? Fulanita el otro día lo hizo en medio de una pista de baloncesto, a las 4 de la mañana... por lo visto el churri tiene una tranca de las que hay pocas

X: qué suerte, claro, y tú pidiendola detalles, como si no te conociera...

Y: claaaro, pues no me mola a mí ni nada que me contéis todo con pelos y con señales... literalmente XD



:)

Pequeña reseña de mi gran viaje

No soy nada dada a escribir nada catalogable de "anecdotario personal". Si bien, teniendo en cuenta el final de mi anterior entrada y la enorme necesidad de intentar explicar con palabras lo que he vivido la semana pasada, hacen diferente el caso. No obstante, no me extenderé mucho y pondré a prueba mi capacidad de síntesis.

Casi que podemos poner como punto de partida esta entrada de un blog en horas bajas (como estaba yo desde verano), que escribí sin muchas ganas: http://retalessueltos.blogspot.com/2009/10/existe-un-tiempo-para-amar.html

Yo, enemiga acérrima del buenrollismo, de los arco iris, de los campos de fresas, de las casualidades, del misticismo, de los encuentros, de los sentimentalismos y del montón de mierda espiritual de Coelho; veía terminar un año duro (otro...), plagado de desencuentros, decepciones y lágrimas silenciosas, que acrecentaría aún más mi hastio y misantropía, sin un atisbo de NADA más.

Pero sí, a veces va a resultar que los planetas se juntan y mierdas de esas, y que algo te dá fuerzas para buscar y aprovechar las oportunidades al vuelo. Y decir: ésta es mía.

Se acercaban los 15 putos días de vacaciones que no había tenido durante el verano. ¿Planes que tenía? Ver de nuevo la Trilogía de El Padrino y mis recomendaciones de Fimaffinity que tengo en Incoming XD, pasarme el Dead Space, ir a beber litronas al parque con mi amigo Rober o a casa de alguien a inyectarme ron en vena. Vamos, lo normal.

Y, meses atrás, conocí a alguien increíble gracias a este blog. Bueno, le conocí hace mucho, pero le descubrí tres semanas o cuatro antes de empezar nuestro camino. Y no, no hablo de un ligue, un rollo, o un cibernovio ni nada similar. Se trata de alguien que entiende, como yo, el concepto de querer a las personas por encima del rol que desempeñan en tu vida (era así, no? ;)).

Un "cuando quieras y si no tienes nada que hacer me agregas al Messenger" (lo típico), unas frases, unas risas y poco más... bastaron para decir "me gustaría algún día hacer un viaje así y así (...)" y un "dónde hay que firmar" (a lo que seguió el "sí, venga, qué locura" y bla bla bla").

Locura o frikada sin parangón, todo vale, la cosa es que me fui (nos fuimos), juntos una semana por tierras castellanas y extremeñas, sin GPS, sin habernos visto antes en persona (sí, lo has entendido bien XD).

En fin... qué no sé qué decir. Sólo que a los litros de café, a los desayunos, a los múltiples botellines, al jamón, al vino, a la naturaleza, música, carretera... y demás elementos del paraíso terrenal; se sumó la mejor compañía que he tenido nunca, que además me permitió llegar a Cáceres y encontrarme con otro grupo de gente maravillosa al que tenía porrón de ganas de conocer. Y qué bien me siento. JODER.

GRACIAS por los probablemente mejores días de mi vida.

Pues eso, que estoy de maravilla vamos... No me he muerto, como alguna desearía, ni me han violado una sola vez (o si? XD). Tengo que hacer más locuras de vez en cuando, y seguir rellenando mi vida con esas personitas (pocas), que merecen tanto la pena.

Fotitos para decorar la entrada (y no, no pongo fotos de ÉL porque el 80% de los que entráis sabéis quién es y el otro 20% sois muy cotillas y ya os lo diré en private XD):




















Se me olvidaba vivir

La muerte siempre anda cansada. Le gusta dormir desnuda y que le miren en silencio y en la distancia. Tiene sueños hermosos que nunca intenta llevar a cabo y que se rompen cada mañana cuando suena el despertador.

Nadie espera a la muerte cuando llega cada día de trabajar. No tiene con quien comentar su día a día y esto es algo que le amarga constantemente y le produce un humor de perros.

A la muerte nunca le han besado de verdad. No sabe amar. Ha compartido algunos meses con algunas parejas con las que simplemente le convenía estar.

La muerte suele escribir en su diario una página cada 53 años. Hoy está triste porque se ha quedado sin hojas. Vaya tontería, ¡¡pero si siempre escribía lo mismo!! No lo entiendo. Ella no tiene nada que contar. Cada día hace lo mismo, ve a las mismas personas y va a los mismos lugares. Su vida no se puede contar con letras, porque a nadie le interesaría leerla. Ella mancha su dedo en tinta y va pasando las hojas, y ese rastro negro es toda historia que pudiera contar.

La muerte no lee novelas, pero sí le gusta hojear libros de pintores famosos. Mira sus cuadros y se imagina qué clase de vida debieron de llevar antes de que ella fuera a visitarles.

La muerte no recuerda nada, no oye música ni puede llorar. No siente nostalgia, no siente inquitudes, nunca se atrevió a realizar locuras.

La muerte ve el futuro como un ovillo de lana azul con el que poder hacerse un jersey, y protegerse así del frío de las últimas mil trescientas noches.

A la muerte le encanta escuchar agazapada historias de miedo alrededor de una hoguera, pero es tan curiosa e impaciente que siempre se acerca más de lo que debiera al que las cuenta: este queda para siempre en silencio; y ella con la infinita duda de cómo terminan.



Yo no quiero morir día a día. No quiero que cada día sea un día menos, sino un día más. Quiero realizar mis proyectos, sueños, inquitudes y locuras. Quiero equivocarme, quiero llorar, quiero reir, quiero sentir de nuevo la decepción y quiero emocionarme con la música y el cine. Quiero estar con la gente que deseo estar y rellenar mi diario de historias personales, buenas, malas y regulares. Eso significará que estoy viva. Y no todos pueden decirlo.

Por ello, mañana me voy a un viaje un tanto extraño. Por primera vez, salgo de casa sin rumbo fijo. He cogido 15 días de vacaciones y esta semana la pasaré fuera. Mañana sabré donde voy, y conoceré a la persona con quién voy. Sé que será genial. Me siento como una "Easy Rider" moderna.